Retroalimentación Temprana y en Vivo es un proceso formativo de check-in a mitad del semestre para recolectar información de los estudiantes sobre su experiencia de aprendizaje en el curso.
El proceso está diseñado para que los estudiantes brinden al profesor la retroalimentación necesaria para mejorar el proceso de enseñanza-aprendizaje, recolectar sugerencias de cara a mejorar el curso y fomentar la comunicación y el diálogo entre los ambos.
Se recomienda llevar a cabo el proceso a mitad del semestre para que el profesor pueda implementar los cambios deseados durante el mismo curso. Pedir la retroalimentación a los estudiantes a medio semestre les envía además el mensaje que sus ideas importan y que el profesor realmente está comprometido con su aprendizaje y con la mejora del curso.
El método consiste en una discusión en pequeños grupos de estudiantes, llevado a cabo por un facilitador externo. El proceso dura unos 20 minutos, generalmente al final de la clase, durante el cual el profesor sale del aula.
Al ser de forma presencial, el proceso permite que los estudiantes puedan extenderse en sus explicaciones y el facilitador pueda pedir que profundicen en sus respuestas. Al ser un facilitador externo quien dirige la conversación y quien mantendrá las respuestas anónimas, el proceso invita a que los estudiantes se abran más sin tener miedo a posibles consecuencias negativas.
La Retroalimentación Temprana y en Vivo se hace únicamente a petición del profesor y los resultados del proceso son confidenciales.
El proceso suele traducirse en un mayor interés e involucramiento por parte de los estudiantes en el curso y una mayor apertura hacia la metodología y el material del curso.
En esta discusión se revisa el proceso y se identifican las áreas específicas para la retroalimentación.
La discusión tomará 20-30 minutos, preferiblemente al final de la clase.
El profesor sale del salón, entra el facilitador y explica el proceso. Los estudiantes crean pequeños grupos de 4 o 5 personas para discutir sobre las siguientes preguntas:
Después de la discusión en sus grupos pequeños los estudiantes exponen sus ideas para la clase entera. El facilitador pide profundización donde lo estima necesario y resume las sugerencias.
Después de organizar las respuestas de la sesión en un reporte para el profesor, ambos revisan los resultados y consideran posibles estrategias para la mejora.
Idealmente al comienzo de la siguiente clase el profesor agradece a los estudiantes por su retroalimentación sincera y generosa, y comparte con ellos qué sugerencias le resultaron útil y qué va a implementar. También comenta qué sugerencias no le resultan aplicables y porqué.
Este diálogo es un elemento esencial del proceso y les animará a los estudiantes a mantener una comunicación abierta acerca del proceso del curso.