Antes de empezar el diálogo, el facilitador entrega a todos los participantes tres marcadores o algún otro objeto similar. Cada vez que alguien habla, coloca uno de sus marcadores en el centro del círculo. Si alguien se queda sin marcadores, ya no puede hablar. Todos pueden hablar libremente cuando ya nadie cuente con marcador. Este recurso funciona bien con grupos de estudiantes que hablan poco, a quienes así se les brinda la oportunidad de hablar y participar. También funciona con estudiantes que suelen dominar la conversación.